¿Quién, pues, es Jesús?

Pr. S. Yeury Ferreira

INTRODUCCION:

Sin lugar a dudas, Jesús ha sido la persona mas influyente de la historia. Ninguna otra persona ha influido y cambiado tanto el rumbo de la humanidad como El. Independientemente de cual sea el veredicto acerca de quien fue este hombre, lo cierto es que el mundo siempre ha estado, esta y estará para siempre fascinado con su persona. Pero, ¿Quién, pues, es Jesús?

Antes de tratar de contestar esta pregunta, consideremos los siguientes hechos:

  • El es la persona que ha inspirado mas literatura, mas música y mas obras de arte en la historia.
  • Millones de iglesia por todo el mundo han sido construidas en su honor.
  • Su vida dividió el tiempo y la historia de tal manera que el mundo hoy se ve forzado a hablar de antes de Cristo (a.C) y después de Cristo (d.C).
  •  Los dos feriados mas importantes que se celebran a nivel mundial cada año, Navidad y Semana Santa, conmemoran su nacimiento y resurrección.
  • Casi todos lo que han nacido en este planeta durante los últimos dos mil años han oído de El.

Aun si no fuésemos cristianos, es impresionante y digno de estudiar al hombre que habiendo nacido en un lugar remoto de Oriente Medio; sin haber viajado nunca mas lejos de 300 Kilómetros de su lugar de origen; sin haber asistido jamás a una universidad y sin haber escrito un libro sea mas conocido que Sócrates, Platón y Aristóteles, a quienes en conjunto se les considera haber formado el fundamento filosófico de la cultura occidental.

Asombrosamente, la influencia de Jesús en el mundo no ha disminuido con el transcurso de los siglos. A pesar de los cambios culturales, sigue siendo tan relevante para esta generación como lo fue cuando camino por las orillas del mar de galilea.

La pregunta-¿Quién, pues, es Jesús?-, aunque parezca ser fruto de mentes afiebradas, no lo es cuando entendemos que sin Jesucristo no hay cristianismo. La fe cristiana descansa sobre la figura de Jesús; si lo sacamos del panorama, nos quedamos con un punado de ritos y liturgias sin sentido.

Como dijo alguien: “El cristianismo es la única religión del mundo que se basa en la persona de su Fundador. Uno puede se un fiel mahometano sin que tenga nada que ver con la persona de Mahoma. Igualmente puede ser un verdadero y fiel budista aunque no sepa de Buda absolutamente nada. Con el Cristianismo pasa algo totalmente diferente. El Cristianismo esta ligado a Cristo de un modo tal que nuestra visión de su persona comporta y determina nuestra perspectiva del Cristianismo[1]

En este capitulo deseo presentarte la doctrina del hombre que afirmo ser Dios. Espero que al finalizar caigas a sus pies y, al igual que Tomas, clames: “ ¡Señor mío, y Dios Mío!” (Juan 20:28).

DESARROLLO:

I. Ataques a la persona de Jesús.

Miles de personas a través de los siglos han intentado despojar a Jesús de su divinidad. Teólogos, historiadores y novelistas se han empeñado en presentar a un Jesús sencillo, un hombre admirable sin duda, pero un simple mortal.

En 1985, un grupo de eruditos guiados por Robert Funk y John Dominic Crossan formaron lo que en la actualidad se conoce como el Seminario de Jesús. El propósito de dicho seminario, tal como lo expresa unos de sus fundadores, es “reconstruir al Jesús histórico para crear uno que sea relevante culturalmente, sin lis milagros ni las afirmaciones divinas[2]

Según los miembros del jurado del seminario de Jesús, el Señor fue un pobre carpintero que se convirtió en un sabio cínico que sano las heridas de la gente, que utilizo dosis abundantes de ironía y humor para sazonar sus enseñanzas, que entro en conflicto con los poderes religiosos predominantes, que provoco la ira del gobernador romano y que murió como un criminar común. Fin de la historia.

Pero los ataques en contra de Jesús y su divinidad cada día se agudizan mas. En el 2003 sale a la luz publica el controversial libro El código Da Vinci, convirtiéndose en pocas semanas en un best seller con mas de 80 millones de ejemplares vendidos. La trata de esta obra fue adaptada y llevada al cine intentando presentar a Jesús como “un profeta mortal…un hombre grande y poderoso, pero un hombre, un ser mortal[3]

En su libro Christ Among Other gods[4] [Cristo entre otros dioses], el famoso predicador Erwin Lutzer cuenta la historia de Love Among the Ruins [Amor entre ruinas], un cuadro famoso de Edward Burne-Jones que fue destruido por la empresa de arte contratada para restaurarlo. Aunque a la compañía se le advirtió que era una acuarela y, por lo tanto, necesitaba un cuidado especial, el personal de limpieza uso el liquido equivocado y disolvió la pintura.

Parecería que el propósito del hombre moderno es el mismo con relación a la imagen de Jesús: disolverlo hasta convertirlo en un simple mortal. Hoy se desea destruir el resplandeciente retrato de Jesús revelado en el Nuevo Testamento. A través de argumentos y filosofías humanas se intenta reducir el brillo de su divinidad. Pero, ¡Gloria a Dios! Pues, por mas esfuerzo que el hombre haga por opacarlo, Jesús permanece intacto.

Por tanto, te invito a que nos apartemos de los argumentos humanos que intentan eclipsar la verdad de Jesús y su divinidad para que –con corazón sincero- analicemos lo que la palabra de Dios dice al respecto.

II. Jesús, su Divinidad.

Como lo ha hecho notar el teólogo ingles Jonh Stott,[5] lo primero que llama la intención en Jesús es la forma en que se presenta a si mismo antes sus seguidores. De todos los grandes sabios y profetas de la historia mundial, solamente Jesús declaro ser Dios hecho hombre. En repetidas ocasiones dijo que era de origen –y naturaleza- superior a lo terrenal. Enseno que había “bajado del cielo” (Juan 3:13, La Biblia de Latinoamérica). Afirmo: “Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo” (Juan 8:23). Además, declaro: “Salí del padre, y he venido al mundo” (Juan 16:28).

Esta conciensa de su naturaleza divina se expresa con mas amplitud cuando, sin titubeos, Jesús se identifica a si mismo como el gran YO SOY del Antiguo Testamento. “De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy” (Juan 8:58). Nadie se había atrevido a antes a decir una cosa tal. Y no fue en una sola ocasión; en diversos momentos repitió argumentos semejantes, apropiándose de los símbolos y significados de la religión judía: “Yo soy el pan de vida” (Juan 6:35), “Yo soy la luz del mundo” (Juan 8:12), “Yo soy la puerta” (Juan 10:7), “Yo soy el buen pastor” (Juan 10:11), “Yo soy la resurrección y la vida” (Juan 11:25), “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6); “Yo soy la vid verdadera” (Juan 15:1).

Vemos que Jesús no meramente trae o da pan, vida, luz o resurrección. El es cada una de estas cosas. Con referencia a eses expresiones del señor, el genial C.S. Lewis declaro: “Un hombre que fuera meramente hombre y dijera las cosas que Jesús dijo no seria un gran maestro moral. Seria un lunático, estaría a la altura del hombre que dice ser un huevo frito. O seria el diablo del infierno. Por tanto, debes decidir: o bien este hombre fue y es el hijo de Dios, o bien es un loco, o algo peor”.

Lewis continua: “Puedes hacerlo callar como un tonto; puedes escupirlo y matarlo como un demonio; o puede arrojarte a sus pies y llamarlo Señor y Dios. Pero no vengamos con esa tontería desdeñosa de que era un gran maestro moral. No nos dejo abierta esa opción. Ni tuvo esa intención[6]

No solo llama la atención lo que Jesús dijo sobre si persona sino que también es sorprendente lo que otros testificaron sobre El. Juan el Bautista fue uno de los primeros en hablar acerca de Jesús. Cuando lo vio llegar al rio Jordán para que lo bautizara exclamo: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29). Después que fue bautizado, el bautista dio este testimonio: “Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre el….y yo le vi, y he dado testimonio de que este es el hijo de Dios” (Juan 1:32-34). El pensamiento de Juan el Bautista es claro: ¡Jesús es el Hijo de Dios!

Marta, la hermana de María y Lázaro, también dio testimonio acerca de Jesús. En medio del llanto por la perdida de su hermano Lázaro, Marta declaro: “Yo he creído que tu eres el Cristo, el hijo de Dios, que has venido al mundo” (Juan 11:27).

Tomas era un escéptico que llego a ser discípulo de Jesús. Después que este resucito, Tomas se negaba a creer que El se había levantado de los muertos. Mas cuando vio a Jesús resucitado y tuvo el privilegio de tocarle, cayo a sus pies y exclamo: “Señor mío, y Dios Mío” (Juan 20:28).

Uno de los primeros discípulos de Jesús, Juan, hijo de Zebedeo, escribió lo que conocemos como el Evangelio de Juan. Este evangelio se escribió (tal cual se autor especifico) con el determinado propósito de convencer a as personas acerca de quien era Jesús. Al concluir su evangelio, Juan escribió: “Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero estas se han escritos para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre” (Juan 20:30,31).

Por ultimo al estudiar la divinidad de Jesús es necesario detenernos a considerar sus obras pues a través de la historia humana, han surgido muchos creyéndose dioses o semidioses. Por las mas diversas razones, algunas personas les han creído. Demasiados hombres y mujeres han sido arrastrados a practicas de todo tipo y han seguido tras gurúes o iluminados que han pretendido se mas de lo que sus posibilidades humanas les han permitido. Sin embargo, ¿qué marca la diferencia en cuanto a Jesús?

El hizo lo que nadie ha hecho. Los milagros efectuados a través de su ministerio fueron el aval de sus dichos. Sus palabras fueron corroboradas por sus hechos. A través de los evangelios vemos a Jesús haciendo lo que solo Dios puede hacer.

En primer lugar, Jesucristo tuvo la prerrogativa de perdonar pecados, obra que solo Dios puede hacer. “Pues para que sepáis que el hijo del hombre tiene potestad en la tierra de perdonar pecador… Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa” (Mateo 9:6).

En segundo termino, Jesús no solo resucito de los muertos a varias personas, como por ejemplo: la hija de Jairo (Marcos 5:41-42), el hijo de la viuda de Nain (Lucas 7:14-15) y a Lázaro, su amigo (Juan 11). Lo extraordinario es que tres días después de su muerte se levanto victorioso, dejando la tumba vacía y conquistando para siempre las llaves de la muerte y del sepulcro (Apocalipsis 1:18).

Otro hecho que llama la atención es que Jesús no hablo del Juicio que venia en términos impersonales, al estilo de un maestro religioso cualquiera; sostuvo, sin que quedara ninguna duda, que dirigiría ese juicio. El mismo seria el Juez (Véase Juan 5:22).

III. Jesús, su humanidad.

La Biblia presenta grandes contrastes que se conjugan en la persona de Jesucristo. Sin embargo, tal vez el mayor de todos y mas sorprendente es que Jesús fuera al mismo tiempo verdadero Dios y verdadero hombre. “En el principio era el Verbo-declara el cuarto evangelio-, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era el principio con Dios. Todas las cosas por el fueron hechas, y sin el nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En el estaba la vida, y la vida era la luz de los hombre” (Juan 1:1-4).

Después de presentar a Jesús como el Verbo, que es tanto Dios como Creador, el escritor apostólico hace aquella declaración que deja anonadada al mente: “Y aquel verbo fue hecho carne, y habito entre nosotros” (Juan 1:14).

E.G. White, hablando sobre el propósito de la encarnación, comenta: “ Dejando a un lado su manto real y su corona de rey, Cristo cubrió su divinidad con humanidad, para que los seres humanos pudieran ser elevados de su degradación y colocados sobre un terreno ventajoso. Cristo no podría haber venido a esta tierra con la gloria que tenia en los atrios celestiales. Los seres humanos pecadores no podrían haber soportado tal vista. El velo su divinidad con el manto de la humanidad, pero no se desprendió de aquella. Un salvador divino-humano vino para ponerse a la cabeza de la raza caída, para compartir su experiencia desde la infancia a la adultez[7]

La iglesia primitiva en el concilio de Calcedonia, en el año 451, declaro que: “Jesús era verdadero Dios y verdadero hombre”. Ese concilio afirmo que las dos naturalezas de Cristo estaban unidas para siempre de forma inseparable “sin confusión, sin división, ni separación”.

San Pablo, en su epístola a los Filipenses nos habla del misterio de la encarnación como solo el puede hacerlo:

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús el cual, siendo en forma de Dios, no estimo el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojo a si mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humillo a si mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y la muerte de Cruz” (Filipenses 2:5-8).

¡Maravillas del amor divino! Jesús no renuncia a su divinidad, pero se despoja de su gloria en un acto de sometimiento voluntario para hacerse hombre y cumplir con los propósitos del Padre: Tu salvación y mi salvación.

CONCLUSION

¿Quién, pues, es Jesús? Es aquel que por “su hamidad, tocaba a la humanidad; y por su divinidad, se Asia del trono de Dios”. El es quien “Como hijo del hombre, nos dio un ejemplo de obediencia; como Hijo de Dios, nos imparte poder para obedecer[8]

El es Jesús de Nazaret. Es Dios en carne humana. Fue así como se presento al mundo y, al final, como debemos aceptarlo o rechazarles.


[1] W. H. Griffith Thomas, Christianity is Crist (Grad Rapids: Michigan, Eardmans, 1955), P. 7.

[2]

[3] Brown Dan, El Codigo Da Vinci (Barcelona: Ediciones Urano, S.A,. 2003),P. 212.

[4] Lutzer Erwin W., Christ Among Other gods (Chicago: Estados Unidos, Moody Press, 1994), P 94.

[5] Stott John, Cristianismo Basico (Buenos Aires: Certeza Unida, 2007), P. 37.

[6] Citado por Palau Luis, Dios es Relevante  (Miami: FL, Editorial Vida, 1999), P. 91.

[7] White, E.G. (RH, 15.06.1905).

[8] White, E.G, Deseado de Todas las Gentes, P. 24.

Publicado por purapredicacion

S. Yeury Ferreira es pastor ordenado de la iglesia Adventista del séptimo día y posee una Licenciatura en Teología y una Maestría en Liderazgo pastoral. Actualmente se desempeña como pastor en la ciudad de New York.

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